La electricidad es una fuente de energía secundaria, es decir, que se obtiene al convertir fuentes de energía primaria (energía renovable como la solar, la eólica o la geotermal, o no renovable, como el carbón, el gas o el petróleo). En las ciudades, la electricidad se produce principalmente en grandes centrales eléctricas (a menudo ubicadas fuera de los límites de la ciudad), aunque la producción eléctrica local (a partir de fuentes renovables, sobre todo mediante paneles solares) está aumentando rápidamente.
Las emisiones de la energía eléctrica dependen del mix de producción de la red. Este mix a menudo es distinto según el país (por ejemplo, el mercado interior europeo de la electricidad), por lo que las ciudades tienen una capacidad muy limitada de influir en las emisiones procedentes de la red eléctrica.